BOLIVIA
Bolivia redujo en 50% el uso del gas y lo sustituyó con fuentes renovables – La Razón (Bolivia)

Friday 21 Oct 2022 | Actualizado a 06:13 AM
Energías & Negocios
Friday 21 Oct 2022 | Actualizado a 06:13 AM
Édgar Caero Ayala: ‘La meta hasta 2025 es que el 75% de la demanda interna sea cubierta con energía eléctrica con base en fuentes alternativas y renovables’.
Por Pablo Deheza
Imagen: MHE
Santa Cruz / 21 de octubre de 2022 / 06:13
El cambio de matriz energética es un hecho a nivel mundial, y Bolivia es parte de esta transición. En los últimos años, el país redujo en 50% la utilización del gas para generación eléctrica y sustituyó este combustible con fuentes renovables como la hidroeléctrica, eólica, solar y biomasa. El viceministro de Electricidad y Energías Alternativas, Édgar Caero Ayala, explica esto a detalle, enfatizando la situación actual del sector eléctrico boliviano y sus desafíos hasta 2025.
—¿Cuál es la situación actual del sector eléctrico boliviano?
—En un breve resumen, cabe indicar que el sector eléctrico boliviano está conformado por Sistemas Aislados Verticalmente Integrados (SAVI) y el Sistema Interconectado Nacional (SIN). El SIN interconecta a ocho departamentos, donde se utiliza diferentes tecnologías de generación con centrales térmicas cuyo combustible es gas naturaldiésel, las centrales hidroeléctricas (agua), con centrales fotovoltaicas (sol), con centrales con biomasa (Bagazo), las centrales eólicas (viento), todos ellos inyectan energía eléctrica que generan en diferentes puntos del SIN. Todo el SIN está vinculado en alta tensión a través de líneas de transmisión en diferentes niveles de tensión como son [500 KV (próximamente)-230KV-115 KV-69 KV], con más de 6.800 km de Línea de Alta Tensión (LAT), interconectando más de 80 subestaciones de potencia en los ocho departamentos. Los SAVI se encuentran al norte de Bolivia que principalmente es el departamento de Pando con el sistema Cobija cuyo sistema de generación está basado en tecnología solar y térmica (diésel) y en el norte de Beni con los sistemas eléctricos de Guayaramerín y Riberalta, cuyos sistemas de generación son netamente térmicas con diésel. En cada departamento se tienen establecidas empresas distribuidoras y en algunos lugares se tienen cooperativas, cuya función principal es retirar energía eléctrica de las subestaciones y distribuirlas en media y baja tensión a todos los usuarios domiciliarios, industriales, etc., y otros grandes consumidores. El SIN es un sistema eléctrico confiable, que presta un servicio con calidad, continuidad, adaptabilidad, neutralidad, transparencia y eficiencia, regulada y fiscalizada por la Autoridad de Electricidad y Tecnología Nuclear (AETN), y administrada y operada por el Comité Nacional de Despacho de Carga (CNDC), con capacidad efectiva para satisfacer cualquier demanda que los usuarios necesiten bajo su área de operación. El Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) está integrado por las empresas de Generación, Transmisión, Distribución y Consumidores No Regulados, llamados agentes del MEM, quienes son los que efectúan operaciones de compra y venta de electricidad por medio de contratos de suministro entre agentes. Existen dos tipos de transacciones efectuadas en el MEM, una en el mercado de contratos y otra en el mercado Spot. Las ventas en el mercado de contratos suponen precios acordados entre los agentes, mientras que las ventas en el mercado Spot se realizan a precios determinados en el momento de la transacción, actualmente este mercado es el que rige en el sector eléctrico boliviano.
—¿Cómo está conformada la matriz de producción de electricidad en Bolivia en 2022?
—A septiembre de 2022, la matriz energética boliviana está conformada por el ciclo combinado (45,5%), gas (22%), hidroeléctrica (20,2%), solar (4,5%), eólica (3,6%), biomasa (3,5%), diésel (0,3%) y diésel fuel (0,2%).
—¿Cuáles son los principales objetivos y la estrategia del Estado para el sector hacia 2025?
—En relación con las políticas aprobadas como son el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021-2025 y el documento Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) 2021-2030, entre las metas y objetivos principales se pueden mencionar lo siguiente: crecimiento de la cobertura del servicio básico de electricidad en el territorio boliviano con un 100% en áreas urbanas y 95% en áreas rurales. Continuar los esfuerzos con el objetivo de cambiar la matriz energética en nuestro país con la incorporación de nuevos proyectos al parque de generación de energía eléctrica con base en fuentes alternativas y renovables. Asimismo, la meta hasta 2025 es que el 75% de la demanda interna sea cubierta con energía eléctrica con base en fuentes alternativas y renovables. Incrementar la potencia instalada del parque generador hasta 2025 hasta 4.129 MW. Consolidar al año 2025 la exportación de electricidad ofertando hasta el 20% de los excedentes y garantizar la producción de energía eléctrica suficiente para abastecer el mercado interno.
—¿Cuáles son las principales inversiones que se harán en Bolivia este año?
—En transmisión se tienen los siguientes proyectos para la presente gestión: la Línea de Transmisión en 500 kV Carrasco – Santiváñez y Subestaciones Asociadas, con 235,6 kilómetros y una inversión de Bs 1.341,8 millones; la Línea 230 kV Los Troncos – Guarayos – Trinidad, más Segunda Etapa, con 383,24 kilómetros y una inversión de Bs 955,5 millones; la Línea 115 kV Tarija – La Angostura, con 44,17 kilómetros y una inversión de Bs 50 millones; la Línea La Angostura – Bermejo en 115 kV, con 138,1 kilómetros y una inversión de Bs 132,1 millones; y la Adecuación Segunda Terna Línea Pagador – Solar Oruro en 115 kV, con una inversión de Bs 5,8 millones.
—¿Cuál es la situación actual de las hidroeléctricas en Bolivia?
—Actualmente la energía que aportan las centrales hidroeléctricas comprende el 20,2% de la energía del parque de generación y que suman entre ocho plantas de generación una capacidad efectiva total de 734,85 MW. Están en ejecución los proyectos de las centrales hidroeléctricas de Ivirizu, con una potencia instalada nominal prevista de 290,20 MW, con una inversión de Bs 3.859.922.353, previendo su conclusión para julio de 2024; y Miguillas, con una potencia prevista de 204,88 MW, con una inversión de más de Bs 3,1 millones, previendo su conclusión para agosto de 2025. Adicionalmente, hay otros proyectos de energías renovables que se encuentran en etapa de estudios como Chepete – Bala y la Binacional Madera, que en total presentan un potencial aproximado de 5.500 MW.
—¿Cuáles son actualmente los proyectos eólicos más importantes en Bolivia? ¿Existen en ejecución otros proyectos de generación eólica y de ser así, cuál es la inversión y su aporte esperado a la generación de electricidad?
—En la actualidad hay un total instalado de 40 aerogeneradores distribuidos en cuatro parques eólicos de Cochabamba y Santa Cruz, haciendo un total de 131 MW de potencia instalada eólica al SIN. Entre 2014 y 2016 entró en operación en Cochabamba el primer parque eólico de Bolivia, Qollpana, con 10 aerogeneradores, y una potencia instalada de 27 MW. En la gestión 2021, en la ciudad de Santa Cruz se puso en funcionamiento tres parques eólicos: Warnes I (14,4 MW), San Julián (39,6 MW) y El Dorado (54 MW). Por otra parte, otros proyectos de generación eólica para ejecución y en etapa de licitación son: Warnes II (21 MW) en Santa Cruz y La Ventolera (24MW) en Tarija.
—¿Existen otros proyectos para la generación de electricidad en Bolivia además de las termoeléctricas, hidroeléctricas y la eólica?
—Sí, en Bolivia, en la actualidad, existen otros aprovechamientos. En fotovoltaica, Bolivia es uno de los países que tiene mayor radiación solar en el mundo, por lo que se tienen las siguientes plantas en operación: Planta Solar Oruro (100 MW), en el municipio Caracollo, con 303.072 paneles; Planta Solar Uyuni (60 MW), en el municipio homónimo, con 196.952 paneles; Planta Solar Yunchará (5 MW), en el municipio tarijeño de Yunchará, con 19.152 paneles; Planta Solar Cobija (5 MW, es un Sistema Aislado en Pando), con 17.334 paneles. En Bolivia la energía de biomasa se produce con el bagazo resultante del proceso de industrialización de la caña de azúcar de los ingenios azucareros. Las principales centrales son Guabirá (21 MW), Unagro (35MW), San Buenaventura (5 MW), IAGSA (5 MW), Aguaí 01 (12 MW) y Aguaí 02 (49,7 MW). En total, la biomasa aporta con 127,7 MW. El Altiplano boliviano cuenta con un gran potencial geotérmico, es por eso que se viene realizando lo siguiente: el proyecto piloto Laguna Colorada de 5 MW (Potosí) actualmente en ejecución, que permite recabar experiencia para futuros proyectos y aporta con el cambio de la matriz energética. El proyecto Planta Geotérmica Laguna Colorada de 100 MW (Potosí) tiene como objeto el desarrollo del recurso geotérmico, la construcción y puesta en operación de una planta, incluyendo la subestación y línea de transmisión desde Sol de Mañana hasta una nueva Subestación en San Cristóbal. Actualmente se realiza gestiones para un estudio complementario de viabilidad económica en términos del mercado de energía para el análisis de alternativas de venta.
—¿Cuál es la situación actual del proyecto Rositas y qué se tiene previsto al respecto?
—El proyecto se encuentra en etapa de preinversión, es el componente hidroeléctrico del Proyecto Múltiple Río Grande Rositas, el cual consiste en la construcción de una presa de tierra con un embalse, una central de 600 MW de potencia instalada con una generación de energía media anual en el orden de 3.000 GWh. (Estudio de Diseño Final EPTISA S.L. 2017). El proyecto actualmente está con pocas actividades que se reducen a la recopilación de datos hidrometeorológicos y aforo de caudales, líquidos y sólidos. Se prevé completar con las actividades del Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental (EEIA-AI) y la gestión social para luego reactivar el proyecto buscando mercados, financiamiento, posterior licitación y construcción.
—¿Qué rol desempeña el Estado en relación con los sistemas autónomos en poblaciones pequeñas que no están conectadas al Sistema Integrado Nacional?
—El Estado, mediante el Programa de Electricidad para Vivir con Dignidad (PEVD), con el objetivo de incrementar la cobertura en zonas rurales o poblaciones menores, viene ejecutando actividades en bien de las comunidades más alejadas, realizando la dotación de sistemas fotovoltaicos domiciliarios. De igual manera viene ejecutando e implementando proyectos de electrificación rural, mediante redes eléctricas de MT y BT, toda vez que, en coordinación con algunos gobiernos municipales y departamentales, coordinan la entrega de estudios y/o propuestas de proyectos que cumplan los criterios de elegibilidad, según el cumplimiento del formato MEEPER y el cumplimiento de los índices costo/beneficio.
—¿Cuál es la situación de la exportación de electricidad a Argentina?
—En la actualidad el proyecto está completamente terminado (100% lado boliviano y argentino), concluyendo las pruebas de energización de las líneas de alta tensión, subestaciones y todos los equipos, se realiza la etapa de cierre y coordinación de aspectos operativos, regulatorios, normativos entre Bolivia y Argentina.
—¿Existen otros proyectos de electricidad que involucren a nuestro país con otros países?
—Sí, actualmente se está trabajando lo siguiente: el Proyecto de electrificación rural Cocos Lanza San Fermín, entre Perú y Bolivia; el Estudio de Planificación y Estudios Técnicos Preliminares del Proyecto de Interconexión Eléctrica entre Bolivia y Brasil; estudios de Inventario Hidroeléctrico Binacional del Río Madera Bolivia – Brasil; y el Estudio de Consultoría Alternativas de Interconexión Eléctrica Bolivia – Chile.
—¿Cómo se va dando el cambio de matriz energética en Bolivia?
—Es importante en este sentido el esfuerzo que ha realizado el Gobierno nacional al invertir en sistemas de generación térmica con tecnología de ciclos combinados que permite hacer un uso más eficiente del gas para obtener mayor cantidad de energía eléctrica, alcanzando eficiencias de hasta un 57%. Además de la incorporación de sistemas de generación con base en energías alternativas y renovables como fotovoltaicas, biomasa, eólicas e hidroeléctricas. Bolivia redujo en 50% la utilización del gas para generación eléctrica y sustituyó este combustible con fuentes renovables como la hidroeléctrica, eólica, solar y biomasa, en el marco de la estrategia nacional de transición energética. La demanda eléctrica nacional oscila los 1.600 megavatios (MW). Si hoy dependiéramos únicamente del gas, se necesitarían alrededor de 7 millones de metros cúbicos día (MMmcd) para cubrir esa demanda. Sin embargo, gracias a las inversiones que hizo el Gobierno nacional para incorporar fuentes renovables, hoy se destinan en promedio 3,5 MMmcd para la generación eléctrica.
Viceministro de Electricidad y Energías Alternativas
Cuanto más se tarde en abordar el problema climático, menos crecerá el PIB global.
Por Ronald Veizaga
Imagen: RONALD VEIZAGA
Santa Cruz / 21 de octubre de 2022 / 04:53
En la actualidad se tienen nuevas dinámicas globales y transformaciones, tanto técnicas como sociales, que implican la adopción de nuevos paradigmas, donde la energía barata pero contaminante tiene cada vez menos cabida. El cambio climático, la contaminación local, la democratización de la energía y sus implicancias sociales entrañan la búsqueda de nuevas alternativas menos contaminantes y que generen mayor valor agregado para la sociedad.
Esta toma de conciencia global, sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y limitar el calentamiento global —reflejado en el Acuerdo de París de 2015, del cual Bolivia es parte— nos muestra que ya no da igual cómo se genera la energía, cómo se utiliza y cómo se almacena, por lo que las naciones, incluido el país, están cambiando la forma de suministro y uso de la energía hacia vectores más eficientes y menos contaminantes, a través de una estrategia multidimensional para alcanzar los objetivos de sostenibilidad que, por cierto, son cada vez más importantes.
Esta transformación de la matriz energética no implica únicamente al sector de la energía, ya que solo permitiría reducir un tercio de las emisiones netas, sino que es necesario extender el uso de la electricidad a más áreas de la economía mediante tecnologías limpias, especialmente en sectores de mayor demanda energética, como el transporte, por medio de la electromovilidad; y el industrial, a través de tecnologías de generación más eficientes y sostenibles.
En Bolivia, la política energética apunta a que en 2025 el 75% de la demanda nacional de energía eléctrica sea atendida mediante fuentes limpias y renovables. En ese sentido, ya se incorporaron 1.161 MW (megavatios) de energía renovable al sistema nacional y en los próximos tres años se incluirán alrededor de 550 MW adicionales. Para acompañar estas medidas, en 2021 se introdujo la regulación de la generación distribuida con fuentes renovables y se otorgaron incentivos tributarios y financieros a la electromovilidad. Bolivia viene desarrollando una estrategia nacional de transición energética de manera integral, que incluye a los sectores hidrocarburífero, eléctrico y evaporítico. Esto ocurre porque los tres sectores no pueden ser separados si se busca el objetivo final de cambio de matriz energética. Asimismo, hay que entender otro elemento importante, este proceso no puede ser llevado adelante ni resultará exitoso, ni en Bolivia ni en ninguna parte del mundo, si otros sectores de la sociedad no se integran y se vuelven actores activos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde las industrias hasta el ciudadano común, se deben involucrar en el proceso para avanzar en la transición energética. Y es en esa línea que el país ha tratado de viabilizar esta participación de públicos y privados, ya que, idealmente, todos debemos avanzar en una misma corriente.
En ese contexto, el Decreto Supremo (DS) 4794 estableció medidas de eficiencia para producir energía eléctrica y limitar el uso del gas natural para este fin. La norma fue promulgada a principios de septiembre, pero en las últimas semanas adquirió notoriedad a partir de las declaraciones públicas de algunos directivos del sector industrial, que arguyen posibles afectaciones por efecto de esta medida en desmedro del crecimiento nacional.
Para analizar este tema, desde una mirada técnica, es importante tener presente que la transición energética, por su naturaleza, genera brechas entre intereses encontrados o contrapuestos: la continuidad del modelo energético basado en combustibles fósiles contaminantes frente a la demanda de nuevas alternativas más eficientes y amigables con el medio ambiente. Está claro que ante esta contraposición debería prevalecer la alternativa que genere un mayor valor para la sociedad en su conjunto y que sea concordante con la visión de futuro planteada en el marco de la sostenibilidad y el cuidado del planeta.
Respecto a las supuestas afectaciones económicas de la medida al crecimiento nacional, conviene prestar atención a las previsiones globales de recuperación económica tras la pandemia del COVID-19 y la crisis económica y energética generada a partir del conflicto bélico en Ucrania. Según datos recientes proporcionados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el contexto actual, retrasar la cuestión climática, lejos de incentivar el crecimiento económico, reduciría el crecimiento del PIB mundial entre un 0,15% y un 0,25%, y elevaría la inflación entre un 0,1% y un 0,4%, por lo que no hay motivos económicos para retrasar la transición energética, al contrario, cuanto más se tarde en abordar el problema climático, menos crecerá el PIB global. Si bien estos datos pueden ser diferentes en el contexto nacional, muestran una tendencia global de la que el Estado boliviano no está exento.
La aplicación de la transición energética no debe ser postergada en Bolivia. Toda transición requiere de un proceso, por lo que la reglamentación del DS 4794 debe asegurar su aplicación de manera eficiente y adecuada a la realidad nacional y precautelar el cumplimiento de los principios constitucionales de eficiencia, continuidad, adaptabilidad y preservación del medio ambiente, que rigen al sector energético nacional.
Ronald Veizaga Ingeniero Eléctrico Especialista en Temas Energéticos.
Sergio Cusicanqui: ‘El Plan de Desarrollo Económico y Social tiene como lineamiento el crecimiento económico con justicia social, a través de la industrialización con sustitución de importaciones’
CHRISTIAN CALDERÓN – MPD
Por Pablo Deheza
Imagen: CHRISTIAN CALDERÓN – MPD
Santa Cruz / 14 de octubre de 2022 / 06:17
Los efectos negativos derivados de la pandemia por el COVID-19 persisten en todo el mundo, sumando a ello las consecuencias internacionales que provoca la guerra entre Rusia y Ucrania. Dichos sucesos generan un fuerte impacto adverso en el sector económico. Este panorama desalentador golpea con presiones inflacionarias, afectando en mayor medida a la gente más pobre. En medio de este contexto internacional desfavorable, se encuentra Bolivia que “resalta con su estabilidad económica y de precios, retomando la senda del crecimiento con justicia social”. Esta situación, además de desafíos y planes hasta 2025, es explicada a detalle por el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui.
—¿Cómo ve la situación económica global en la actualidad?
—El contexto internacional es adverso, el mundo aún afronta los efectos derivados de la pandemia por el COVID-19 y el conflicto bélico suscitado en Europa. Este panorama ha generado repercusiones de gran magnitud, lo cual tiene un efecto directo en el crecimiento económico mundial, que nos pone en puertas de una recesión económica. Estos acontecimientos afectan principalmente a la población más vulnerable, agrandando aún más las brechas de pobreza y desigualdad, producto de la predominancia de un modelo capitalista, que ratifica su carácter salvaje. El aumento de los precios de las materias primas, los productos básicos y especialmente aquellos derivados del petróleo a nivel mundial es innegable. El mundo está experimentando presiones inflacionarias que tienen efectos directos en el crecimiento económico. Por ejemplo, Estados Unidos registró una inflación de 8,3% hasta agosto de este año, que inclusive alcanzó a 9,1% en junio; éstos son indicadores que no se presentaban en este país desde 1982, hace cuatro décadas. Por su parte, la inflación en la Eurozona ha llegado a más del 8% y sigue aumentando, mostrando una tendencia no vista en todo el siglo actual.
—¿Cómo ve la situación económica en la región?
—En Sudamérica este panorama es similar al del mundo. En las economías de la región, puntualmente en países como Brasil, Argentina, Chile y Perú, no se termina de superar la crisis generada por la pandemia, que a su vez amenaza con más presiones inflacionarias, que una vez más afectan a la gente más pobre. Por lo mismo se ven escenarios de alta conflictividad y revueltas sociales, por ejemplo, en Ecuador, donde el aumento del costo de vida, el alza de precios de los combustibles, y una desatención generó revueltas en las comunidades indígenas. En Perú, con el aumento de los precios, especialmente de combustibles, se generaron conflictos con el sector del autotransporte y de transporte pesado; también se registraron actos vandálicos contra la propiedad pública, saqueos y agresiones. Sudamérica es una de las regiones en las que se puede observar una de las mayores tasas de inflación a nivel mundial, que se ha evidenciado desde el segundo semestre de 2020. Al finalizar 2021, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la inflación, sin tomar en cuenta los países con inflación crónica, fue cercana al 7%, una cifra que no se veía desde la crisis financiera en 2008.
—¿Y Bolivia?
—En este contexto internacional desfavorable, Bolivia resalta con su estabilidad económica y de precios, retomando la senda del crecimiento con justicia social. Producto de las medidas aplicadas por el presidente Luis Arce, Bolivia es uno de los países que ha mantenido una de las tasas de inflación más bajas, con un 1,62% hasta agosto del presente año. Asimismo, la pasada gestión el crecimiento económico alcanzó el 6,1%, superando el decrecimiento de 8,7% que se tuvo en 2020. De similar forma en 2021, la pobreza alcanzó el 32,1% en los países latinoamericanos, mientras que la pobreza extrema llegó al 13,8%. Para 2022 se estima que la pobreza llegará al 33%, y la pobreza extrema llegará a 14,5%. El caso boliviano, en cambio, muestra un futuro mucho más promisorio. Organismos internacionales como la CEPAL sitúan a Bolivia como el país que reducirá en mayor medida la pobreza en esta gestión, mientras que otros países de la región incluso sufrirán incrementos. En 2021, la tasa de desocupación en América Latina llegó al 11,8% para las mujeres y 8,1% para el caso de los hombres. Bolivia, por su parte, muestra datos mucho más alentadores: hasta agosto del presente año la tasa de desocupación de mujeres llegó al 4,9% y 3,4% de hombres, haciendo un promedio de 4,1% a nivel nacional, cerca de los niveles registrados en nuestro país previos a la pandemia.
—¿Cuáles son los desafíos más importantes que está encarando el Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD) hasta 2025?
—El Ministerio de Planificación del Desarrollo es el ente encargado de la planificación integral del Estado. En ese marco, con la participación de todos los sectores, territorios y organizaciones productivas de la sociedad, en noviembre del pasado año ha gestionado la aprobación del Plan de Desarrollo Económico y Social, que tiene como lineamiento fundamental la Reconstrucción de la Economía para Vivir Bien, Hacia la Industrialización con Sustitución de Importaciones, aprobado mediante la Ley 1407, el 9 de noviembre de 2021. Este plan representa la visión país, la priorización de las políticas públicas y la ruta crítica para el periodo 2021- 2025, orientado a generar un proceso de crecimiento económico con justicia social, a través de la industrialización con sustitución de importaciones, la reducción de la pobreza y la reducción de la desigualdad. Con este plan además se consolida el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) diseñado e implementado por profesionales bolivianos para la realidad de nuestro país. El MESCP, que tiene como uno de sus principales exponentes al profesor Carlos Villegas, que en paz descanse, y a nuestro presidente Luis Arce, ha permitido generar un proceso de crecimiento económico que ha sido acompañado por la reducción de pobreza y desigualdad, y es reconocido a nivel mundial por organismos internacionales. De esta manera, Bolivia se encamina a la industrialización con enfoque de sustitución de importaciones. Continuamos la senda de la industrialización, pues hemos aprendido que es la única forma de generar más recursos económicos, más divisas, más empleo digno, con justicia social, y de esa manera corregir, por ejemplo, los desequilibrios fiscales o del sector externo.
—¿Qué ejemplos destacan en la industrialización?
—Algunos ejemplos de proyectos estratégicos que siguen esta lógica de industrialización con sustitución de importaciones son el proyecto del biodiésel y Mutún, la industrialización del litio, la industria de la química básica, por citar algunos. La industrialización del litio permitirá generar empleo, crecimiento y más ingresos para el país y de esta manera colocar a nuestra economía en un nivel superior. Lo propio con el biodiésel y la planta del Mutún, que permitirá dejar de importar diésel por un lado y acero corrugado de construcción en barras, alambrón de bovinas, tubos de costura y otros; eso significará que saldrán menos divisas del país y al mismo tiempo se generará fuentes de empleo y crecimiento económico. También tenemos planificados otros proyectos productivos como plantas piscícolas en diferentes zonas del país, el Centro de Almacenamiento de Castaña en Pando, proyectos de procesamiento y transformación de papa, hortalizas, maíz, trigo, soya y sus subproductos, por mencionar algunos de los muchos proyectos productivos con miras a la industrialización con sustitución de importaciones. Todo el esfuerzo en el ámbito productivo será acompañado por inversiones que mejoren las condiciones de vida de la población.
—¿Cómo se genera la planificación entre los niveles de gobierno definidos en la CPE?
—A partir de la promulgación de la Ley 777 del Sistema de Planificación Integral del Estado (SPIE), el cual establece como uno de sus fines el que la planificación de largo, mediano y corto plazo tenga un enfoque integrado y armónico, y sea el resultado del trabajo articulado de los niveles de gobierno, con participación y en coordinación con los actores sociales, busca orientar la asignación óptima y organizada de los recursos financieros y no financieros del Estado Plurinacional, para el logro de las metas, resultados y acciones identificadas en la planificación. En el nivel central del Estado se generan los Planes Sectoriales de Desarrollo Integral (PSDI), que formulan los ministerios cabeza de sector. En el nivel descentralizado se formulan los Planes Estratégicos Institucionales (PEI) y para las empresas públicas los Planes Estratégicos Empresariales (PEE) y Planes Estratégicos Corporativos (PEC); en el nivel departamental y municipal se generan los Planes Territoriales de Desarrollo Integral PTDI, formulados por los Gobiernos Autónomos Departamentales (GAD) y los Gobiernos Autónomos Municipales (GAM); así también se generan los Planes de Gestión Territorial Comunitaria (PGTC), que formulan los gobiernos con autonomía indígena originario campesina; y, finalmente, se cuentan con Planes Multisectoriales de Desarrollo Integral (PMDI), referidos a temáticas específicas de carácter multisectorial. Esta planificación se complementa con el Ordenamiento Territorial (largo plazo), siendo éste un instrumento para la planificación integral y la gestión estratégica del territorio, cuya construcción se realiza de manera participativa entre los actores involucrados de forma gradual y dinámica, considerando las características de la tierra, sus potencialidades y limitaciones, con la finalidad de alcanzar un desarrollo territorial equilibrado, integral y en armonía con la Madre Tierra, mejorando las condiciones de vida de los habitantes en el marco del vivir bien. En este sentido, se viene impulsando la formulación de instrumentos técnicos normativos entre el Ministerio de Planificación del Desarrollo con otras entidades del Estado, así también se tiene instrumentos de planificación como ser las Estrategias de Desarrollo Integral (EDI), que constituyen la planificación a mediano plazo de las regiones metropolitanas y macrorregiones estratégicas, articuladas al PDES, a los PTDI departamentales y municipales que correspondan, y a los PSDI. Respecto a las instancias de coordinación intergubernamental, se cuentan con Consejos y Comités de coordinación multisectorial, la Federación de Asociaciones Municipales (FAM) y AMDES.
—¿Cómo se articula la planificación del desarrollo al interior del país con lo que otros países, principalmente los vecinos, vienen haciendo?
—Nuestra planificación es soberana y en algunos casos existen proyectos que se desarrollan de manera convergente con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). El PDES es la agenda de priorización nacional para el quinquenio 2021- 2025; no obstante, en el marco de los acuerdos bilaterales y multilaterales, articulamos nuestra agenda a todos los compromisos asumidos por nuestro Estado Plurinacional de Bolivia, entre ellos los ODS en materia de desarrollo o las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC), en materia de Cambio Climático, por citar algunas relevantes. Por otro lado, todas las agencias de cooperación internacional presentes en el país articulan sus compromisos de apoyo a la política pública establecida en el PDES.
—¿Cuáles son los resultados sectoriales más importantes a los que apunta la planificación del desarrollo y la planificación del Estado este 2025?
—Los diez ejes estratégicos del PDES contemplan en su interior un conjunto de metas, entre las principales se encuentran la de industrialización del país con un enfoque de sustitución de importaciones, producir más, generar un proceso de crecimiento económico con justicia social, representado en la reducción de la pobreza y la desigualdad y posibilitar mejores condiciones de vida de la población.
—¿Qué instancias de control para los resultados intermedios se tienen en lo referente al PDES?
—El SPIE prevé un Subsistema de Seguimiento y Evaluación de todos los planes contemplados desde el largo plazo, hasta el corto plazo, esto significa que todas las entidades públicas del Órgano Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, además de otras del nivel central del Estado, las entidades territoriales y las universidades, deben realizar el control, seguimiento y evaluación al logro de las metas comprendidas en sus respectivos planes, enmarcados en nuestro PDES 2021-2025. Por otro lado, en 2017, mediante resolución multisectorial, se crea el Comité Interinstitucional de las Metas del PDES y de Desarrollo Sostenible (CIMPDS), justamente con el objetivo de constituirse en una instancia técnica de seguimiento y monitoreo para el logro de los resultados y metas del PDES relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
—¿Cuáles son los desafíos inmediatos más importantes para el país?
—Entre los desafíos más importantes, se encuentra la consolidación de las políticas públicas e inversiones ligadas a la Reconstrucción de la económica nacional, consolidando un modelo de sustitución de importaciones con un sector productivo generador de ingresos y empleo digno.
Ministro de Planificación del Desarrollo
El tren de la revolución digital no es una oportunidad, es un imperativo ético, económico y social.
Por Sergio Díaz Granados
Imagen: NOTIMÉRICA
La Paz / 14 de octubre de 2022 / 05:57
Dice el dicho que hay trenes que solo pasan una vez en la vida y que, si los dejas escapar o no logras subir a tiempo, la oportunidad que representan se desvanece para siempre. Si trasladamos esta lógica a la geopolítica global y hacemos foco en América Latina y el Caribe, el tren tiene un contorno bien definido: cambio climático, digitalización, crisis alimentaria, nuevas dinámicas comerciales y ciudades inteligentes. Perder el tren de estas grandes transformaciones, es decir, no participar de ellas activamente, implicaría más rezagos en, prácticamente, todos los indicadores socioeconómicos.
Por diversas razones históricas (la mayoría relacionadas con coyunturas domésticas complejas y con una escasa integración regional), América Latina y el Caribe ha tenido un papel secundario en el tablero internacional y no ha logrado sacar provecho de sus ventajas competitivas, las más notorias vinculadas a su rica biodiversidad (albergamos el 60% de la vida terrestre y marina del planeta); sus vastos recursos naturales (49% de las reservas de plata y 44% de cobre, por ejemplo); y su potencial agrícola (tenemos el 28% de la tierra con potencial para la agricultura).
Esto ha provocado que la región haya tenido una incidencia relativamente baja en la geopolítica global y que su voz, sus soluciones y sus éxitos no hayan tenido la resonancia que merecían. Para cambiar esta inercia histórica, necesitamos adoptar una posición más proactiva en los foros de decisión globales y visibilizar los avances que estamos logrando día a día en nuestras comunidades, ciudades y países. Un compromiso más activo y decisivo también nos ayudará a crear nuevas sinergias internacionales y a integrar rápidamente los desarrollos punteros que se producen en las economías más avanzadas.
El cambio climático es uno de los ámbitos más ilustrativos en este sentido. Se calcula que hasta el 37% de las necesidades de mitigación pueden afrontarse con soluciones basadas en la naturaleza. Por ejemplo, reducir la degradación y destrucción de los bosques, manglares y otros ecosistemas pueden minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Dada nuestra rica biodiversidad, somos un actor clave para preservar la estabilidad climática global. El planeta necesita de nuestro liderazgo para garantizar su propia supervivencia, y la región deberá aprovechar esta posición para lograr un crecimiento económico sostenido que le ayude a superar las brechas estructurales en pobreza, competitividad e inclusión.
América Latina también puede liderar la seguridad alimentaria global. La población mundial demandará un 60% más alimentos para 2050, hecho que nos ofrece una oportunidad inigualable para convertirnos en el granero del mundo. Los retos son numerosos y esto todavía es una quimera, pero debemos comenzar a concretarlo.
Actualmente, la mayoría de la producción recae en 14 millones de pequeños agricultores, cuyo nivel de acceso a tecnologías básicas es muy bajo. Necesitamos aumentar la inversión para desarrollar e integrar tecnologías agrícolas, mejorar los conocimientos tecnológicos de los agricultores y crear infraestructuras competitivas.
Otro frente en el que América Latina ya está aportando soluciones globales es en la construcción de ciudades sostenibles, inteligentes y respetuosas con el medioambiente. La red de Biodiverciudades de CAF, por ejemplo, está integrando la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en la planificación y el ordenamiento urbanos, para convertir a las ciudades en una fuente de crecimiento, inclusión, bienestar y progreso. Según el Foro Económico Mundial, en promedio, este tipo de soluciones son un 50% más costoefectivas y generan un 28% más de valor agregado que las actividades tradicionales.
El último ámbito en el que la región debe elevar su voz es el de la transformación digital. El tren de la revolución digital no es una oportunidad, es un imperativo ético, económico y social. La pandemia abrió enormes oportunidades, como el impulso a la educación virtual, el teletrabajo, el desarrollo del comercio electrónico y el crecimiento de los servicios en Internet.
Sin embargo, todavía existen 172 millones de latinoamericanos sin acceso a internet, 30% de ellos en zonas rurales. Convertirnos en un actor clave en este ámbito implica más inversiones en infraestructuras digitales, más integración para lograr un mercado único digital, más gobiernos ágiles y menos brechas de acceso.
Para ayudar a la región a subir al tren de las grandes transformaciones globales, desde CAF —banco de desarrollo de América Latina— organizamos en Nueva York, en el marco de la 77 Asamblea de la ONU, las jornadas “Muchas voces, una sola región”, un espacio de reflexión con líderes globales, jefes de Estado y premios Nobel latinoamericanos para contribuir con experiencias y soluciones de alcance global a los retos que enfrenta la región en temas como acción climática, biodiversidad, transición energética, ciudades, género, inclusión o diversidad.
Para amplificar el mensaje y las soluciones latinoamericanas es imprescindible que cultivemos un espíritu de cooperación y entendimiento. Solo así lograremos elevar la voz e impulsar el liderazgo de América Latina y el Caribe en las grandes transformaciones globales.
Sergio Díaz Granados Presidente de la corporación andina de fomento.
Empresarios se reunirán en la capital chilena.
Por Pablo Deheza
Imagen: CNC
Santa Cruz / 14 de octubre de 2022 / 04:52
El Segundo Encuentro Presencial del Consejo Empresarial Binacional Bolivia Chile se llevará a cabo en la ciudad de Santiago de Chile el lunes 24 de octubre. Una delegación de destacados empresarios bolivianos asistirá al evento. La cita es organizada por la Cámara Nacional de Comercio (CNC) de Bolivia y la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) de Chile.
El 13 de junio fue el anterior encuentro en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Se abordaron temáticas importantes para el fortalecimiento de las relaciones comerciales y empresariales entre ambos países. Se emitió una declaración conjunta en la que se instaba a los gobiernos de Bolivia y Chile a crear una mesa técnica pública-privada con organismos fronterizos y el sector privado logístico y de transportes, a fin de agilizar los procedimientos y operaciones que permitan un tránsito expedito de mercadería.
Gustavo Jáuregui, gerente general de la CNC y secretario general del Consejo Empresarial Boliviano, informó que en este segundo encuentro se abordarán otras temáticas de interés entre ambos países como ser, las perspectivas y desafíos de la economía regional y de las relaciones económicas y comerciales entre Chile y Bolivia, oportunidades de inversión entre ambos países y políticas para impulsar la innovación y el emprendimiento.
Entre Bolivia y Chile está vigente un Acuerdo de Complementación Económica denominado “ACE 22”, que tiene por objeto el sentar las bases para una creciente y progresiva integración de las economías de ambos países. Busca facilitar, ampliar y diversificar el intercambio comercial de bienes y servicios, fomentando las actividades productivas localizadas en sus territorios y facilitando las inversiones.
Minuta. En agosto de 2021 se realizó la XXII reunión de la Comisión Administradora de este acuerdo, con la participación de los gobiernos de ambos países y del Consejo Empresarial Binacional. En esa ocasión se emitió una minuta de declaración conjunta, cuyas principales recomendaciones fueron: sugerir la institucionalización de la participación de ambos capítulos constituidos del Consejo Empresarial Binacional, como ente asesor y coordinador representante del sector empresarial de Chile y Bolivia; instrumentar una estrategia para fortalecer la logística y el comercio exterior por las principales vías de acceso y salida que relacionan a ambos países; incorporar en el tratado los capítulos relativos a inversiones, comercio electrónico, comercio de servicios, Mipymes, cooperación económica y comercial, entre otros; modernizar el régimen de origen por uno más moderno y adecuado que facilite los encadenamientos productivos entre las empresas bolivianas y chilenas con miras a aprovechar la red de tratados comerciales que tiene el país; y la facilitación de comercio que contemple la eliminación de los permisos previos, mejorar y ampliar la cooperación aduanera, cambiar la certificación actual por un sistema de certificación digital, entre otros.
Déficit. Bolivia ha mantenido históricamente una balanza comercial deficitaria con Chile, acumulando $us 3.087 millones en la última década. En promedio, Bolivia exporta $us 130 millones anuales a Chile, mientras que la importación supera los $us 400 millones en promedio; sin embargo, se estima que existe un gran potencial para fortalecer esta relación comercial y promover las inversiones binacionales.
Más allá del rol gubernamental de ambos países, se ha visto por conveniente coadyuvar desde el sector empresarial privado a través de mecanismos que hacen expedita la coordinación, como se viene constituyendo el rol de este Consejo Empresarial Binacional muy activo, sostuvo Jáuregui.
Chile gravita en la logística del comercio exterior boliviano, tanto en las exportaciones como en las importaciones. Se estima que en 2021 se movilizaron 3,8 millones de toneladas de mercancía desde y hacia Bolivia por puertos chilenos. Tal cifra representa más del 65% de la carga total marítima que movilizó Bolivia en esa gestión. Los puertos chilenos más importantes para la carga boliviana son Arica, Antofagasta e Iquique, puntualizó Jáuregui.
Capítulo. El capítulo boliviano, que es parte del consejo Empresarial Binacional Bolivia Chile, se constituyó formalmente en octubre de 2020, bajo el respaldo de la CNC. Su primer presidente fue Rolando Kempff Bacigalupo, quien dio el empuje para su creación y puesta en marcha. En la actualidad lo componen importantes empresarios bolivianos de diferentes sectores productivos de las diversas regiones del país y está presidido por Walker San Miguel, destacado profesional, empresario, exministro de Defensa y excónsul General de Bolivia en el país trasandino.
María Laura Mendoza : ‘Es fundamental promover el acceso de las mujeres a la educación y la tecnología, para desarrollar y potenciar sus habilidades en distintos niveles y áreas profesionales’
Es fundamental promover el acceso de las mujeres a la educación y la tecnología
Por Pablo Deheza
Imagen: TIGO
Santa Cruz / 7 de octubre de 2022 / 06:36
La crisis sanitaria ha provocado un fuerte impacto negativo en la economía mundial y, por ende, también a nivel laboral en general. Sin embargo, el empleo femenino ha sido el más afectado según reflejan estadísticas de organismos internacionales. A pesar de este evidente retroceso, la evolución en Bolivia ha sido positiva, ya que se ha logrado no solo una recuperación, sino también, y fundamentalmente, un incremento en la participación femenina en el campo laboral, especialmente, en niveles directivos y de liderazgo, esto debido al acceso de las mujeres a la educación y a la tecnología. María Laura Mendoza, gerente de Marca y Comunicación Institucional de Tigo, habla sobre éste y otros temas relacionados en esta entrevista exclusiva con LA RAZÓN.
—¿Cómo observa la evolución de la mujer en el mundo empresarial a nivel global?
—La evolución previa a la pandemia por la enfermedad del coronavirus era positiva; sin embargo, las estadísticas de organismos internacionales demuestran que posterior a la etapa más dura de la crisis sanitaria, el empleo femenino ha sido notablemente afectado, registrándose un retroceso equivalente a más de 18 años en los niveles de la tasa de participación de las mujeres. Todo esto porque el mayor peso en las tareas de cuidado de enfermos, niños y personas mayores todavía recae sobre las mujeres. En esta etapa de recuperación de los mercados laborales, se ha registrado una mejora del empleo y de la participación tanto de los hombres como de las mujeres; sin embargo, ésta ha sido mayor en el caso masculino, según datos de la CEPAL/ OIT, en su artículo “Los salarios reales durante la pandemia: evolución y desafíos”, publicado en Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe N° 26. Pese a ello, creo que, aunque hay mucho por hacer, es posible. Para lograrlo se requiere de un mayor esfuerzo de parte de las empresas en reconocer el aporte que pueden brindar las mujeres a la fuerza laboral y de una mayor consciencia social sobre la distribución equitativa de las responsabilidades y labores del hogar.
—¿Cómo observa la evolución de la mujer en el mundo empresarial específicamente en Bolivia y en Santa Cruz? ¿Qué cambios percibe en las últimas dos décadas?
—En el caso específico de nuestro país el panorama es más alentador. Si bien tenemos grandes retrocesos, a la vez contamos con significativos avances y oportunidades. Aunque como mencioné en el punto anterior, a nivel Latam y el Caribe existe un notable retroceso; sin embargo, la evolución a nivel Bolivia es positiva, se ha logrado una recuperación e incremento de la participación femenina como nunca antes. Centrándonos en las últimas dos décadas, podemos mencionar la mayor participación femenina en espacios donde antes no estábamos, como ser niveles directivos de grandes empresas e instituciones, foros propios de mujeres empresarias y emprendedoras, inmersión en nuevos rubros como las telecomunicaciones, sistemas, desarrollo tecnológico, ingeniería aeroespacial, entre muchos otros. Todo esto sobre una base que considero fundamental: el acceso a la educación y la tecnología. Siento que Tigo es una muestra de un espacio donde la mujer crece, se capacita y se desarrolla. Una empresa que permite e incentiva el crecimiento profesional de sus colaboradoras, pero a la vez promueve la educación tecnológica y digital en niñas, maestras y mujeres emprendedoras, para que puedan acceder a nuevas y mejores oportunidades.
—¿Cómo observa la respuesta de una sociedad conservadora, como lo boliviana, ante el creciente empoderamiento de la mujer?
—Se trata de un proceso de aprendizaje, de desaprender y reaprender, creo que estamos avanzando en ello. Si bien somos una sociedad conservadora, también somos una sociedad con grandes ejemplos de fuerza y valor femenino, centrándonos en esto último, el camino se hace más fácil, solo queda potenciarlo.
—En un momento en el cual las audiencias y comunidades tienen una creciente importancia para la comunicación, ¿qué tan importante es la incorporación de mujeres en los equipos de comunicación de las empresas?
—Pienso que es igual de importante en cualquier ámbito, un equipo de comunicación debe ser diverso, pero igualmente lo deben ser las demás áreas. No solo se trata de género, sino de diversidad en general.
—¿Qué tan importante es la presencia transversal de las mujeres en todos los equipos que se conforman dentro de las empresas?
—Sin importar el rubro, un equipo que es diverso es más fuerte porque logra mayor equilibrio en sus ideas, proyectos y acciones. Esto finalmente se traduce en mejores resultados comerciales para la compañía. Según una encuesta realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2018, se demostró que cuando las empresas ponen en práctica políticas de inclusión en su cultura organizacional, tienen un 63% de probabilidad de lograr mayor rentabilidad y productividad, 60% de aumentar su capacidad de atraer y retener el talento, 59% de impulsar su creatividad e innovación, 58% de mejorar la reputación de la empresa y 38% de incrementar la demanda de los consumidores.
—En la experiencia personal, ¿cómo se equilibra la vida familiar con el desarrollo profesional?
—Mi familia es lo más importante, vivo buscando el equilibrio. Hay temporadas en las que es más complicado, requiere de esfuerzo y dedicación, por supuesto también de sacrificar algunas actividades, proyectos. Estoy absolutamente convencida de que la mejor forma de brindar herramientas y educar a mis hijas para ir por sus sueños, ser íntegras, ser independientes, autosuficientes, apasionadas, es con el ejemplo, con el ejemplo que reciben todos los días.
—¿Cuáles son los principales y más inmediatos desafíos para las mujeres en el ámbito corporativo boliviano?
—Pienso que el desafío en esta instancia es la conciencia generalizada de que la presencia femenina en los ámbitos corporativos impacta positivamente en el logro de los objetivos de la compañía. Está comprobado que es así. Si como sociedad nos convencemos de esto y lo aprendemos, lo aplicamos, el resto es un camino más fácil de andar. A la vez, es fundamental promover el acceso de las mujeres a la educación y la tecnología, para desarrollar y potenciar sus habilidades en distintos niveles y áreas. La inclusión femenina en el ámbito corporativo debe estar basada en competencias y no solo en género.
—¿Qué desafíos tiene la sociedad boliviana, en su criterio, para lograr mayor igualdad y protagonismo de las mujeres?
—El desafío está en aceptar en qué instancia estamos y todo lo que nos falta por avanzar. Si logramos romper esa barrera, lo demás va a darse.
—¿Qué sugerencias tiene para las universitarias y mujeres profesionales jóvenes que desean desarrollarse en el ámbito empresarial?
—Mi sugerencia es que estudien, se mantengan actualizadas en sus rubros y busquen constantemente oportunidades laborales. Eso les permitirá incursionar en aquello que anhelan. Hoy la tecnología nos brinda muchas oportunidades para cualquiera de los casos. Podemos capacitarnos virtualmente, enterarnos y postular a nuevos trabajos, ser parte de nuevas comunidades profesionales y femeninas, entre otras. Les recomiendo siempre buscar el desafío constante, la incomodidad. Trabajar desde que están estudiando… buscando sus espacios… y no quedarse en la zona de confort.
—¿Qué valoración tiene de la presencia de Tigo en la Expocruz?
—Creo que reencontrarnos y conectar con el público asistente fue uno de los factores más positivos de nuestra participación en Expocruz 2022. La pasión por el deporte se vivió al máximo en nuestro stand y eso nos valió la Palmera Dorada, uno de los máximos galardones de la muestra ferial que nos ha generado gran satisfacción y orgullo para el equipo de Tigo Bolivia. El diseño de nuestro stand estaba inspirado en alentar a los visitantes a vivir la pasión por el deporte en sus múltiples disciplinas. Contamos con dos espacios destinados a la diversión de los hinchas del fútbol, en los cuales, además de permitir a los visitantes relatar partidos, pudieron tomarse fotos con la Copa Tigo y la Copa del Mundo, jugar fútbol tenis, teqball, entre otras actividades. Ocho destacados presentadores compartieron y dialogaron con los visitantes y transmitieron la pasión que viven por diversas disciplinas deportivas.
—Tigo tuvo un stand interactivo, inmersivo. ¿Cómo ha evolucionado la comunicación con el cliente en los últimos años?
—Nuestro stand estuvo pensado y alineado justamente a esta evolución en la comunicación con nuestros clientes, esa cercanía con el público, en un espacio abierto e innovador que permitió conectar e interactuar con ellos de manera espontánea como lo venimos haciendo desde que nacimos como empresa. En los últimos años, hemos invertido millones de dólares para seguir construyendo autopistas digitales que lleven conectividad a todos los rincones del país. Esa inversión se refleja en la constante interacción con nuestros clientes, que ha crecido bastante, gracias a la construcción de canales que acorten las brechas digitales en nuestro país. A eso seguimos apuntando, a construir autopistas digitales que conecten personas, mejoren vidas y desarrollen comunidades como parte de nuestro propósito
—¿Cuáles son las principales tendencias actuales en la comunicación que se están observando en el mundo?
—Desde el punto de vista emocional, considero que una de las principales tendencias de comunicación es el uso de la empatía como principal instrumento para que ésta sea fluida y bidireccional. Ya desde lo técnico, estamos en una era inminente digital en la que tecnología ha revolucionado la forma de relacionarnos, de trabajar y estudiar. En Tigo nuestra filosofía de mejora continua hace que centremos nuestro trabajo en los clientes, en innovar constantemente y anticiparnos a sus necesidades, mediante los canales, plataformas y herramientas más eficaces para cada público.
—¿Cómo ha evolucionado la propuesta de Tigo para sus clientes? ¿Qué busca encontrar ahora la gente en Tigo?
—Desde hace 31 años, tiempo que estamos en Bolivia, hemos sido artífices de diversos cambios y de la evolución que ha tenido el sector de telecomunicaciones en Bolivia que, como en todo el mundo, ha dado saltos acelerados en los procesos relacionados a la digitalización y virtualidad. En ese entendido, hemos implementado servicios de calidad que acompañen esa evolución con el objetivo primordial de atender a las necesidades de nuestros usuarios que demandan esos atributos: calidad e innovación. La gente encuentra en Tigo soluciones para las diversas necesidades de su día a día. Gracias a la diversidad de nuestros servicios, estamos presentes en la vida de los bolivianos, mediante telefonía e internet móvil, televisión por suscripción, servicios de billetera móvil (Tigo Money), internet fijo ilimitado, contenido educativo y deportivo (Canales EducaTigo y Tigo Sports), así como también con servicios corporativos (Tigo Business). También mediante nuestros programas de Responsabilidad Corporativa, enfocados en la educación digital de mujeres, niños, niñas, maestros y padres de familia.
—En este momento, ¿cuáles son los paquetes estrella de Tigo?
—Tenemos diversos planes pensados para los distintos roles y necesidades de nuestros usuarios. Los paquetigos brindan muchas opciones que se adaptan a la necesidad de cada cliente; por ejemplo, tenemos paquetes de megas para uso en aplicaciones de juegos, música o redes sociales. Asimismo, se viene el mundial de fútbol y nosotros contamos con una promoción especial. Las personas pueden suscribirse a un plan con solamente Bs 69 y disfrutar de megas ilimitados en el celular, internet ilimitado en su hogar y televisión con HD donde podrá disfrutar de la Copa Tigo, la Liga Española y los 64 partidos del Mundial de Qatar 2022 en el canal Tigo Sports. Esto les dará acceso a una cobertura exclusiva del evento futbolero más esperado, con corresponsales bolivianos en Qatar. Además, contaremos con el relato y comentario de los reconocidos periodistas Ernesto Moreno y Ernesto Rojas. Finalmente, gracias a que nuestro canal Tigo Sports es un medio multipantalla (app, Tv y web), los usuarios podrán disfrutar de los partidos desde donde se encuentren.
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