BOLIVIA
Tipo de cambio en Bolivia: El último de los mohicanos – EL DEBER

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Róger Alejandro Banegas*
En los últimos días, en los medios de comunicación se ha dado a conocer la noticia de que las Reservas Internacionales Netas de Bolivia (RIN) cayeron a menos de 4.000 millones de dólares y en divisas líquidas en menos de 1.000 millones de dólares. Sobre este punto, surgen algunas interrogantes, tales como: ¿se está cumpliendo con las metas de estabilización de las RIN? y ¿Qué otras acciones se pueden realizar?
Dado el tamaño de la economía boliviana, un tramo confiable debería estar superior a los 2.000 millones dólares en disponibilidad de divisas líquidas; por lo cual, nos alerta que se encuentra por niveles inferiores y se podría cuantificar desde varias métricas. Así por ejemplo, comparando las cantidades de divisas y los tamaños de las economías, Bolivia está a un nivel comparable con Argentina en términos de equivalencia.
Para ello, es importante señalar que el Banco Central de Bolivia (BCB) y el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEPF) no están cumpliendo con el Programa Financiero Fiscal (PFF- gestión 2022) que es un acuerdo donde se fijan las principales metas y objetivos económicos de gestión.
De hecho, al tercer trimestre de este año, en dicho acuerdo se había fijado un crecimiento de las RIN en $us 308 millones. El efecto neto, fue que las reservas a septiembre de 2022 cayeron en más de 908 millones de dólares.
Por otra parte, la meta para el cuarto trimestre 2022 es un crecimiento de más de 800 millones de dólares en las RIN, con tendencia en ampliar el nivel de incumplimiento. Asimismo, no se puede dejar de mencionar que por el contexto de paros, bloqueos y manifestaciones sociales, se acelera más la salida de dólares de las bóvedas del BCB y del sistema financiero per sé.
Pese a la caída en la cantidad de divisas, es probable que no existan cambios o anuncios en la estabilidad cambiaria hasta fin de año (…si no existen otros shocks externos). Sin embargo, para el primer trimestre de 2023, el Gobierno tendrá que tomar decisiones sobre la sostenibilidad del tipo de cambio; en especial de continuar con esta tendencia de incumplimiento en los programas acordados o que no se están consiguiendo los recursos necesarios para garantizar la estabilización de las RIN o que éstas continúen en declive.
Por otra parte, en Bolivia se deben inyectar recursos externos a la economía. Lo que se ha podido observar en dos años del actual Gobierno, es que no se está pudiendo captar estos recursos (e.g. la fallida colocación de bonos en mercados internacionales), dado el nivel de riesgo en Bolivia y por la incertidumbre internacional. De hecho, actualmente, los costos financieros de fondos externos superan al 11% anual para nuestro país según la cotización de mercado de los Bonos soberanos de Bolivia TGN 2028; es decir, que la tasa de interés en mercados internacionales fuera mayor que este valor. Las anteriores medidas como la ley promulgada en favor de la compra del oro tampoco han dado los resultados y se necesitan otras acciones más efectivas.
Como plan de contingencia, sería oportuno una gestión del BCB ante el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), solicitando la asistencia para una asignación de estabilización por situación de emergencia y disminución significativa de reservas o crisis de balanza de pagos, el cual es el nombre técnico para la situación en agotamiento de divisas.
La medida estructural, más de fondo, se fundamenta en la acción correctiva sobre el funcionamiento deficitario del sector fiscal, empresas públicas y financiamiento interno que están debilitando a las reservas internacionales netas (RIN) del país.
Desde otra perspectiva, se estima en nuestro país el nivel de circulante en moneda extranjera en la calle o en el ‘colchonbank’supera los 8.500 millones de dólares.
Por lo cual, una medida rápida es realizar la gestión para que esos dólares vuelvan al sistema financiero y a las bóvedas del BCB. Para ello, una política efectiva, sería la eliminación del impuesto a las transacciones financieras (ITF), el cual actualmente se cobra a la entrada y salida de dólares o al menos eliminarlo para la entrada.
En consecuencia, el Gobierno tendría que contrapesar los beneficios y costos de la bolivianización de los depósitos y créditos del sistema financiero versus el fortalecimiento de las reservas internacionales (RIN).
El tipo de cambio es el último de los mohicanos de los indicadores macroeconómicos en Bolivia, en alusión con la película americana: El último de los Mohicanos (1992), basada en una novela, que a menudo se asocia con el último sobreviviente de una raza o que refleja lo último después de haber tenido un todo.
Róger Alejandro Banegas es Economista
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